La serpiente sin ojos / William Ospina.

Detrás de las selvas cerradas -- Abandonaron la ciudad en la playa de leños muertos del Darién y poblaron a Panamá -- La casa era un palacio de grandes paredes de piedra -- Cuando en 1557 la corte de don Andrés Hurtado de Mendoza -- Lo primero que hizo el virrey al pasar por la selva panameña -- Ya en otro lugar he contado como fuimos en 1541 a buscar la canela -- Y fue recién llegado a Panamá, perseguido y sin tropas -- En los ocios de la selva panameña -- Alcanzamos el puerto brumoso de El Callao -- Después de pensar mucho en cómo corregir la ofensa del sobrino -- No llevábamos mucho tiempo en Lima -- Ursúa había estado a punto de ser rebelde -- Omagua es una palabra que yo conocía -- Las rebeliones sucesivas de Gonzalo Pizarro y de Francisco Hernández Girón -- Una tarde, en Trujillo, mientras Ursúa cabalgaba cerca del acueducto -- Nunca lo vi tan alegre -- Primero fue Ursúa quien le pidió que fuera con él -- Voy a contarte cómo es el mundo que vamos a conquistar -- Si algo no adivinaron es que el mayor peligro lo llevarían en sus propios barcos -- Cuando encontró a la bella Inés en su palacete de Trujillo -- Las cinco guerras que había librado nunca alteraron su prudencia -- Ahora puedo contar una historia más triste: la historia de un muchacho -- Mientras Ursúa viajaba río abajo para inspeccionar las embarcaciones -- Llegó por fin el día en que la compañía estuvo lista y completa en el campamento -- Venían de todas partes y cada uno tenía un pasado -- Unos dicen que había nacido en Aramayona, a la sombre de la iglesia de San Esteba-- Por su enormidad, por su color y por la fuerza de su caudal -- Y así llegamos a la región de Machifaro -- En una época, el único que entraba en la tienda de Ursúa sin anunciarse -- Lo que pasó después también quise borrarlo de mi memoria -- Me informan que mañana llevarán por diez rumbos distintos -- Todo acaba de ocurrir, pero me siento hablando de días viejos -- Entonces la selva me contó de otra manera la historia